Guadalajara vivió una noche hermosa con el grupo Xochilquetzal llena de música, color y tradición, el pasado jueves 28 de agosto, con su presentación “Corazones guardianes del folklor” celebrando su 39 aniversario con una espectacular gala en el Teatro Ignacio López Tarso. La función fue un verdadero recorrido por la riqueza cultural de México, donde el público disfrutó de bailes representativos de diferentes estados del país.
Lo más especial de esta presentación es que los bailarines son niños, quienes con gran disciplina, entrega y alegría demostraron que el folclor sigue vivo en las nuevas generaciones. Bajo su lema “Trabajamos en el presente para que nuestro pasado tenga futuro”, el grupo reafirmó su compromiso de preservar la herencia cultural de México y transmitirla con orgullo.



El espectáculo comenzó con gran energía, mostrando danzas llenas de fuerza y alegría que transportaron a los asistentes a regiones como Guerrero, Baja California, Veracruz, Michoacán y por supuesto Jalisco, tierra del mariachi y el tequila. Cada cuadro estuvo acompañado de vestuarios típicos, música tradicional y la pasión característica de los integrantes, quienes demostraron por qué, después de casi cuatro décadas, siguen siendo un referente del folclor mexicano.
Uno de los momentos más aplaudidos fue la representación de las sonoras piezas veracruzanas, donde el zapateado contagió de ritmo a todo el teatro. No menos impactantes fueron los cuadros de Michoacán, que destacaron por la vistosidad de sus trajes y la elegancia de los pasos. Y como era de esperarse, el cierre con el folclor jalisciense levantó al público con su energía inigualable, recordando que la cultura mexicana late con fuerza en cada rincón del país.



La gala no solo fue un homenaje al aniversario del grupo, sino también a Guillermina Galarza Cruz quien fue maestra de Carlos Salcedo, Director del grupo Xóchitlquetzal, para seguir con la hermosa enseñanza a nuestra cultura, dejando como recordatorio de la importancia de preservar y transmitir nuestras tradiciones desde la infancia, sembrando en los más pequeños el amor por la danza y la identidad nacional. «Los niños son custodios de la patria» comento la maestra Guillermina.
El Teatro Ignacio López Tarso vibró de principio a fin con la entrega de los bailarines, quienes demostraron que el folclor no es solo danza, sino también identidad, historia y orgullo. Los asistentes salieron del recinto con una sonrisa, sabiendo que habían sido parte de una velada especial que rinde tributo a la riqueza cultural de México.
Sin duda, esta gala fue mucho más que un espectáculo: fue una fiesta de tradiciones, un viaje por la diversidad del país y un abrazo al corazón de quienes aman y defienden el folclor.